Marchas Cofrades II : Virgen de Andalucia
En esta segunda entrega de "Música cofrade", aprovechando que hoy, 28 de febrero, celebramos el día de Andalucía, les sugiero que se fijen en una marcha muy peculiar y que ya está considerada como una joya dentro de la música procesional. Quizás comparar esta pieza con "Amarguras" de Font de Anta, o con "Madrugá" del maestro Abel Moreno sea un sacrilegio, pero la podemos incluir dentro del grupo de las "joyas nuevas", como "Palio blanco", "Margot" o "Madrugá de canela y clavo".
La marcha de la que les voy a hablar lleva el nombre de Virgen de Andalucía, de Miguel Sánchez Ruzafa. Es una composición dulce, serena y seria, que en todo momento conserva ese aire andaluz y de zambra que, como irán comprobando a lo largo de las entregas de esta sección, a mí tanto me gusta.
Durante toda la marcha se repite, en varias ocasiones, la melodía principal, conformada por seis notas. El comienzo es al estilo de una marcha fúnebre, recogiendo la esencia jonda de los cantes andaluces. Sólo un tambor destemplado acompaña a los clarinetes que conforman un juego en estéreo impresionante. Se incorporan, después, unos suaves platillos junto con otros instrumentos de viento que van redecorando la escena.
Luego, llegamos a un puente donde se aprecian las primeras notas del estribillo del himno de nuestra tierra, deformadas, seguida de las notas del tan famoso "Granada, tierra soñada por mí". Pasamos ahora a un juego suave de cascabeles con aires toreros, seguido de nuevo de las primeras notas del himno andaluz.
Tras un breve puente, llega el himno andaluz cantado, en su versión más cristiana: el Santo Dios, un himno campesino a Dios del que Blas Infante sacó el himno actual. Después, y como broche de oro, llega el himno instrumental con un leve rubor de cascabeles, rematando cada compás con unos platillos.
Finaliza con la melodía principal retocada con platillos.
Para mi gusto, es una marcha elegante y, obviamente, andaluza... y una excusa perfecta para interpretar el himno de nuestra tierra durante una procesión, cosa que suele levantar grandes recelos. La suavidad de toda la composición la define, y tiene las características propias de las nuevas marchas que se están componiendo, como la que he dicho antes, Palio Blanco: clasicismo y aire andaluz y de zambra.
Espero que les guste
La marcha de la que les voy a hablar lleva el nombre de Virgen de Andalucía, de Miguel Sánchez Ruzafa. Es una composición dulce, serena y seria, que en todo momento conserva ese aire andaluz y de zambra que, como irán comprobando a lo largo de las entregas de esta sección, a mí tanto me gusta.
Durante toda la marcha se repite, en varias ocasiones, la melodía principal, conformada por seis notas. El comienzo es al estilo de una marcha fúnebre, recogiendo la esencia jonda de los cantes andaluces. Sólo un tambor destemplado acompaña a los clarinetes que conforman un juego en estéreo impresionante. Se incorporan, después, unos suaves platillos junto con otros instrumentos de viento que van redecorando la escena.
Luego, llegamos a un puente donde se aprecian las primeras notas del estribillo del himno de nuestra tierra, deformadas, seguida de las notas del tan famoso "Granada, tierra soñada por mí". Pasamos ahora a un juego suave de cascabeles con aires toreros, seguido de nuevo de las primeras notas del himno andaluz.
Tras un breve puente, llega el himno andaluz cantado, en su versión más cristiana: el Santo Dios, un himno campesino a Dios del que Blas Infante sacó el himno actual. Después, y como broche de oro, llega el himno instrumental con un leve rubor de cascabeles, rematando cada compás con unos platillos.
Finaliza con la melodía principal retocada con platillos.
Para mi gusto, es una marcha elegante y, obviamente, andaluza... y una excusa perfecta para interpretar el himno de nuestra tierra durante una procesión, cosa que suele levantar grandes recelos. La suavidad de toda la composición la define, y tiene las características propias de las nuevas marchas que se están componiendo, como la que he dicho antes, Palio Blanco: clasicismo y aire andaluz y de zambra.
Espero que les guste
Julio Adame
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